Para muchos fotógrafos pasar a realizar una sesión de lifestyle es casi un bautismo de fuego, una prueba a superar para poderse considerar fotógrafos “de pleno derecho”. Por lo tanto, es normal que haya a quienes les coman las dudas a la hora de realizar su primer shooting, sobre todo si tienen que manejarlo todo y prepararlo para stock.
¿Por dónde empezar?
Cualquier sesión que se pueda considerar “profesional” en Stock lo va a ser no por el equipo que usemos, o porque tengamos modelos contratados, o por la localización, sino por cómo nos tomemos la tarea: si es trabajo, es profesional.
Esto significa que no me vale quedar con unos amigos, ir a la playa o a un bar, y ponernos a tirar fotos a ver qué pasa. Primero, que volvemos a estar de estado de alarma y confinamiento y, al menos en España, no podremos ser más de seis (¡espero que este comentario envejezca muy pronto!). Y segundo, que así va a depender de la suerte lo que obtengamos; que sí, que están muy bien la naturalidad y la espontaneidad, pero sin control nos quedamos a merced de la suerte.
Así que vamos a tener que planificar lo que vamos a hacer. Sentaditos en casa, cómodos, delante de una libreta y un ordenador, vamos a tomar notas, referencias e ideas, y vamos a ordenarlas de forma que cuando salgamos por la puerta con el equipo ya llevemos la mitad del trabajo hecho.
Normalmente, las sesiones van a estar condicionadas por lo que queramos contar, dónde lo queramos contar, con quién lo queramos contar o cómo lo queramos contar.
¿Qué vas a contar?
Es importante tener claro lo que queremos contar. Lifestyle, vale, ¿pero qué? ¿Vamos a hacer algo más enfocado al business? ¿Deporte? ¿Moda? ¿Actualidad?
Si tenemos clara la idea que queremos contar desde un principio nos será muy útil para poder buscar una localización adecuada y los modelos necesarios.
¿Con quién lo vas a contar?
Puede que hayamos descubierto a un o una modelo y queramos trabajar juntos cuanto antes. En ese caso piensa para qué tipo de sesiones te puede funcionar mejor, y planifica la sesión para sacar el máximo partido posible: si es alguien atlético y que hace equilibrismos vas a poder tener imágenes mucho más interesantes si haces una sesión de deporte o gimnasia que si le pones un traje y te lo llevas a urban business. Que no digo que no vaya a funcionar, ojo, pero que mejor aprovechar lo que puedan aportar.
¿Dónde lo vas a contar?
Quizás has conseguido acceso a un restaurante moderno y te dejen hacer las fotos dentro: intenta llevar modelos más hipsters y centrarte más en conceptos como amistad o profesionales creativos, que no un rollo familias o personas mayores…
¿Cómo lo vas a contar?
Con esto a lo que me refiero es al tipo de imágenes que quieres conseguir. Para ello es muy importante revisar nuestras referencias. Podemos tener influencias de otros artistas que nos gusten (por la composición de sus imágenes, por el tratamiento del color, por la simetría, etc.).
Revisar también imágenes que ya existan en los bancos de imágenes y que se vendan bien, buscando términos y conceptos similares a los que vamos a trabajar, e intentar entender qué hace que esas imágenes funcionen.
Tener claras esas referencias visuales nos ayudará a tener una consistencia en nuestras creaciones dentro de una misma sesión.
¿Qué más necesitas?
El estilismo es fundamental en lifestyle. Habla con los modelos con antelación para ver si ellos tienen ropa que pueda funcionar (ropa de deporte para un shooting de gimnasia, un traje para business, sus propias ropas para algo menos específicos). Normalmente su propia ropa les va a quedar mejor y se van a sentir más cómodos.
En el caso de que no tengan la ropa adecuada tocará comprarla, ¡así que asegúrate de las tallas!
En algunos casos es posible que necesites atrezzo o material adicional (un portátil o tableta, libretas, colores, vasos de café para llevar, equipo deportivo…). Anótalo todo antes y revisa que lo llevas a la sesión. Quedar con un par de modelos en una cancha de baloncesto y que tengan que terminar encestando latas de refresco porque olvidaste llevar un balón es la mejor forma de no ser pro.
¿No te olvidas de la cámara?
Bueno, ya tienes tus listas en papel o en el móvil con los temas, los modelos, las localizaciones y los extras que necesitas. Solo te falta ver qué equipo llevas: no es lo mismo contar con un espacio libre y tranquilo en el que vas a poder pasar horas con un asistente, a que tengas que ir “de guerrilla” por la calle tú solo con el modelo.
Dependiendo de la ayuda con la que vayas a contar y de las necesidades del shooting deberás llevar un equipo u otro. ¿Para qué cargar con un maletín de lentes prime fijas, si vas a estar moviéndote por la ciudad siguiendo a una modelo? ¿No tendría más sentido llevar un 24-70mm, por ejemplo, que te va a resultar más versátil?
Adapta tu equipo al shooting. No te quedes corto, pero tampoco es necesario que vayas cargando de más. ¡Usa la cabeza!
La hora de la verdad
Ya ha llegado el día D. Tienes todo listo. El equipo preparado, el atrezzo, la ropa por si acaso…
Cita a los modelos con tiempo suficiente para poder tomarte un café con ellos y charlar un rato, tanto si los conoces como si no. Si son modelos nuevos con los que no has trabajado todavía tendrás un rato para que se vayan sintiendo cómodos contigo. Aprovecha para contarles lo que quieres hacer (la idea, la localización, los temas e historias…). Si no conocen el mundo del stock, explícales en qué consiste (que se paga por imagen independientemente del uso, que podrán encontrar su imagen en un autobús en Tailandia, etc.).
Este momento es ideal para que te firmen las autorizaciones. Sí, antes incluso de empezar a disparar, así no se olvida 😉
Es fundamental que tengas paciencia con los modelos. Tienes que conseguir que estén a gusto y relajados, y así podrás sacar lo mejor de ellos.
Sigue tus notas e intenta cumplir con todo lo que hay en tu planning: es una buena forma de no dejarte nada en el tintero. Pero es fundamental también que sepas adaptarte a las circunstancias: puede que la luz a la hora a la que has ido no sea buena y haya que cambiar de sitio; a lo mejor hay gente alrededor; puede que el modelo tenga un mal día y no quiera hacer parkour saltando por muretes y paredes…
Habla constantemente con los modelos. No sólo para darles indicaciones, sino hazles preguntas sobre ellos, sobre sus gustos… Harás que confíen más en ti, y tú aprenderás sobre ellos para ver qué más puedes hacer. Sé receptivo a sus ideas, e incluso pídeles su opinión de vez en cuando: es posible que te sorprendan con algo que no se te hubiera ocurrido a ti.
¡Saca todo el partido posible a la sesión! Aprovecha todos los ángulos posibles e intenta contar mini historias en cada localización. Por ejemplo, en un bar, fotografía al modelo fuera (desde dentro y desde fuera del bar), cómo entra, cómo se mueve por el sitio, en una mesa, hablando con el camarero en la mesa, en la barra, tomándose el café, hablando por teléfono, haciendo una foto a su café para subirla al Insta, dibujando algo en una libreta, pagando…
Y al final, como todo, es una cuestión de práctica. Cuando mejor vayas conociendo a los modelos, más a gusto estaréis y mejor será la relación creativa. Cuantos más sitios vayas conociendo, mejores localizaciones podrás ir utilizando. ¡Practicar y disparar es la única forma de mejorar tus imágenes!